Después de vivir tres días sola en una casa dentro del predio de La Soñada, Magdalena Bravi, la azafata del Soñando, regresó junto al resto de los participantes.

“Me sentí muy sola. A la noche escuché ruidos y tuve mucho miedo", confesó Magui, que para matar el tiempo: “Escribí cartas para mi novio. Las voy juntando para dárselas cuando salga”.
“Se me pasaron un montón de cosas por la cabeza. Extrañé el doble”, aseguró Bravi. Aunque enseguida agregó: “Lo que no te mata te hace más fuerte”.
“Es mucho peor de lo que cualquiera puede pensar. Creí que iba a ser como un campamento. Y nada que ver”, advirtió.
Recordemos que la participante había sido sancionada luego de comunicarse telefónicamente con su novio sin permiso de la producción.
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